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Adaptarse a la Escuela
Por lo general, el asistir a la escuela es un evento agradable para los niños pequeños. Infelizmente parar otros eso representa miedo o pánico. Los padres tienen motivos suficientes de preocupación cuando el niño se enferma debido a la tensión. Hay niños que "fingen estar enfermos" o exageran los síntomas físicos para quedaren en casa y no ir a la escuela. A menudo, el niño de entre cinco y diez años de edad que se comporta de esta manera está padeciendo un temor paralizante por tener que dejar la seguridad de la familia y de la casa. Es muy difícil para los padres hacerle frente a este pánico infantil, pero estos temores pueden tratarse exitosamente con o sin la ayuda profesional. Todo dependerá del grado de temor que tenga el niño. Si los padres notan que puede ser algo pasajero, es cuestión de insistir en llevarlo que todo pasará.
Nuestra capacidad de adaptación a las nuevas situaciones no se puede comparar con la capacidad de un niño al enfrentarse con personas y lugares distintos. Nosotros llevamos un bagaje de experiencias que hace con que la adaptación sea una situación más suave y controlada. Y eso exactamente no es el caso de los niños. En la primera infancia, todo es nuevo para ellos. Y solo nosotros, los padres, podemos ayudarles con el apoyo y la comprensión.
La integración del niño a una escuela ha de ser pasito a pasito, sin prisas ni agobios. Es muy importante respetar el tiempo y las exigencias de su hijo.
Consejos para una buena adaptación
- Anime a su hijo y háblele de las cosas que van a ocurrir en la escuela: va a aprender, a jugar, a conocer nuevos amigos; motívelo con los elementos nuevos que va a obtener para entrar a la escuela: maleta, los cuadernos, lonchera, uniforme nuevo, etc. Cada niño necesita de su tiempo y motivación especial para adaptarse a la vida de estudiante.
- Deje que el niño lleve, si así lo desea, su juguete preferido, al menos los primeros días algo que le sea familiar y le mantenga unido con su hogar.
- No prolongue las despedidas en exceso en la puerta de la escuela, hazlo de forma rápida y natural. Hay que pasar seguridad al niño de que lo que estás haciendo es lo mejor para él.
- Al salir de la guardería deberías dedicarle más tiempo al niño, jugando con él. Es bueno que descubra que lo que hace en el jardín infantil no es tan distinto de lo que hace habitualmente en casa. Anímale a compartir contigo las experiencias que aprende allí y demuestra alegría y entusiasmo por sus progresos.
- Es conveniente que la madre o el padre vaya a llevarle y a buscarle. Eso le proporcionará seguridad. Y se acostumbrará antes al cambio.
- Siempre que lo consideres necesario habla con la profesora sobre sus dudas, sus inquietudes y sobre algún cambio observado en el niño.
- Busque estar informada sobre las actividades que están desarrollando en clase: temas, canciones nuevas, actividades, etc, para entender y potenciar sus adquisiciones y acompañarlo en el proceso.
- Procura tener en cuenta una buena alimentación y lo que se come en la lonchera para poder ofrecerle una dieta bien equilibrada.
- Nada de prisas por la mañana. Procura despertarle con tiempo para que desayune tranquilamente y se dirija sin apurosa la escuela.